¡Hay una bomba activada en la avenida Don Tulio!
La lección de Anatomía del Dr. Tulp - Rembrandt |
I
La avenida Don Tulio Febres Cordero es una de las principales vías con las que cuenta la ciudad de Mérida. Su nombre es un merecido homenaje para rememorar y a la vez celebrar continuamente a ese patriarca de las letras emeritenses. Según la calificó Adela Castellanos (en ese momento estudiante de pregrado de arquitectura, en su trabajo titulado "Le damos voz a los personajes, Monumento a Don Tulio Febres Cordero"), esta vía es una bisagra urbana entre épocas, ella une el pasado con la contemporaneidad.
A un costado de esta arteria vial se encuentran desde la década de los 50’s las edificaciones que albergan la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes. Y el corazón de la misma lo constituyen en conjunto, dos elementos clave: su biblioteca y la Unidad Académica de Anatomía Humana Normal. La primera -así como el apéndice para el cuerpo-, pasó a ser un elemento vestigial dentro del organismo universitario; producto de su desactualización y a la aparición y popularización de la internet que obviamente resulta muchísimo más práctica, este otrora importante elemento educativo se ha vuelto casi inútil en la organización educativa. Por el contrario la enseñanza anatómica permanece como el pilar fundamental en la formación de los futuros profesionales del área de la salud desde hace más de veintiséis siglos.
II
Fue durante el ejercicio rectoral del Dr. Eloy Dávila Celis cuando se inició la planificación de estas obras que se emprendieron durante el periodo del Dr. Renato Esteva Ríos y se prosiguieron durante el mandato del Dr. Joaquim Mármol Luzardo.
Le correspondió al Rector Magnífico Dr. Pedro Rincón Gutiérrez su culminación, dotación y puesta a punto, y desde aquellos años ya muy lejanos, se ha venido desarrollando en su seno una de las más fructíferas historias educativas en Venezuela. Una pléyade de importantes médicos han egresado de sus aulas y la enseñanza anatómica en gran medida hizo de ellos lo que con su accionar han demostrado.
Desde 1805 cuando se abrió el primer "curso de Medicina especulativa", a cargo del Dr. José María Unda, las clases de anatomía que desde la antigüedad han constituido la piedra angular en la formación de los profesionales de la salud, en nuestra ilustre Universidad han sufrido múltiples carencias y dificultades, pero que con el ingenio y la dedicación de sus autoridades muchas de ellas se han podido subsanar.
Entre los encargados de impartir estos conocimientos en nuestra Máxima Casa de Estudios Emeritense destacan nombres tan descollantes para la historia patria como el del Dr. Manuel Palacio Fajardo, líder independentista y firmante en 1811 del Acta de Independencia.
III
Desde hace más de diez años los profesores de esta Unidad Académica hemos venido solicitando los recursos necesarios para el óptimo funcionamiento de nuestras instalaciones como consta en las innumerables diligencias que al respecto ha realizado el Jefe de la Cátedra. Sin embargo, gracias a al desinterés o a la ineptitud de las autoridades de la Universidad se ha puesto en peligro este tipo de formación.
La Unidad Académica de Anatomía Humana Normal de la Universidad de Los Andes no sólo atiende a los estudiantes que cursan las carreras ofertadas por la Facultad de Medicina, a saber Enfermería, Nutrición, Estadísticas de la Salud y Psicología, sino que presta servicios a los estudiantes de Odontología, Farmacia y Bioanálisis, pero además también resulta indispensable el conocimiento anatómico para los alumnos de Educación física y para algunos estudiantes de la Facultad de Ciencias que desean enfocar sus estudios de bilogía celular sobre el sustrato corporal humano
Tal es la importancia del conocimiento anatómico que, esta Unidad Académica anualmente presta sus inapreciables servicios atendiendo a los estudiantes de catorce de los postgrados que se dictan en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (IAHULA) y que incluyen no solamente los afines al ámbito quirúrgico (Cirugía General, Traumatología, Ginecología y Obstetricia, Neurocirugía, Cirugía Pediátrica, etc.) sino también a muchos del área clínica (Gastroenterología, Endocrinología, Neurología, Psiquiatría, Fisiatría y Rehabilitación, etc.).
Pero el rango de acción de esta bicentenaria Cátedra no acaba aquí, pues a través del programa de extensión "Ven a conocer tu cuerpo" dirigido a atender a estudiantes de todos los niveles de la educación básica y diversificada, no sólo participan alumnos (algunos de sus padres, representantes y docentes) de la ciudad, del Municipio Libertador, de los municipios aledaños y de todo el estado Mérida, sino que también han llegado hasta nuestras aulas escolares y alumnos de los niveles de educación básica y diversificada de los estados vecinos que, ávidos de enfrentar una experiencia decisiva para su vida colegial, deciden visitar la Unidad Académica de Anatomía Humana Normal. Para algunos de estos muchachos este experimento didáctico marca la diferencia entre la ilusión y la cristalización de un anhelo.
La vivencia pedagógica de enfrentarse al cuerpo humano, a sus diversos componentes guiados de la mano de un experto, con un lenguaje y con un discurso adaptados especialmente a cada grupo según su edad y nivel educativo, ya no observando las láminas chatas y las ilustraciones coloridas de un libro, sino viviendo la experiencia tridimensional de ver e incluso de manipular nuestro material de apoyo didáctico, se convierte en un hito cultural que recordarán el resto de sus vidas.
Estar presentes, ser parte de este desafío educativo y compartir la espectacular relación espacial y el aprendizaje multisensorial de estas visitas -dicho por sus maestros-, les hace replantearse el significado del esfuerzo académico. Estas vivencias nos convierten en una especie de sala "snoezelen" de experimentación, en donde se educa estimulando los cinco sentidos.
Como resultado de esta poliestimulación se logra reducir drásticamente la ansiedad y se obtiene un importante impulso cognitivo. Es increíble el grado de complicidad que se puede alcanzar en este ambiente entre el monitor que sirve de guía y el grupo de estudiantes que disfrutan de esta vivencia neurosensorial. Al interactuar a este nivel, las sonrisas nerviosas dan paso a miradas inquisitivas, se cambian ademanes de indecisión por caras interesadas que preguntan, que intentan encontrar con sus propias herramientas respuestas a sus inquietudes.
Acercarse al conocimiento estimulando intencionalmente todos los sentidos, les permite a los participantes conocerse a sí mismos, interactuar con más facilidad, observando el mundo que les rodea de manera diferente, resulta particularmente provechoso este acercamiento para nivelar a estudiantes que aprenden a un ritmo distinto y de manera diferente.
IV
Lamentablemente la desidia oficial universitaria, ha colocado esta manera de educar al borde de un abismo por el cual se desbarrancará la hasta ahora exitosa preparación de los futuros profesionales ligados al área de influencia del campo de la salud. Y la indolencia de las autoridades de los gobiernos local y regional, profundizan más aún esta situación.
Pero esta desgracia universitaria no para allí. La ausencia de los insumos necesarios para la preparación y mantenimiento del material cadavérico han convertido en una verdadera bomba de tiempo biológica a las instalaciones de la Unidad Académica de Anatomía Humana Normal. ¡Si, la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes alberga en su seno un artefacto explosivo que ya se ha activado!
Colonias de hongos -que se reproducen por medio de esporas microscópicas capaces de dispersarse con el más sutil soplido del viento-, cubren la superficie de muchos de los tanques de almacenamiento en donde permanece depositado el material cadavérico de nuestra Cátedra y aparentemente a nadie le preocupa esta situación desventurada.
Aunque la actividad académica que desarrollamos en la Cátedra de Anatomía Humana libera en muchos casos a las autoridades locales y regionales (Alcandía del municipio Libertador, las Gobernaciones de los Estados Mérida, Táchira, Trujillo y Barinas) de los costos e inconvenientes que generan los cuerpos de los difuntos que han sido abandonados en las morgues de sus principales centros hospitalarios y que de otra manera deberán ser inhumados, esto parece importarles poco, originando desembolsos importantes de dinero que podrían ser destinados a la compra de las substancias que se necesitan para la preservación y utilización de esos mismos cadáveres para fines educativos. ¿Qué ironía y que gran tontería, no?.
Con una mínima parte del dinero derrochado por la Alcaldía de Mérida, por la Gobernación de Mérida e incluso por esa figura inclasificable y confusa que es el "Protector" del estado, se podría solventar de una vez la emergencia presupuestaria que hoy mantiene inactiva a la Unidad Académica de Anatomía Humana, pero decidieron dilapidarlo en desfiles, carrozas, reggaetón y caña.
Vencer el nihilismo académico de unas autoridades desgastadas por el tiempo y deslegitimadas por su incompetencia resulta cuesta arriba sin el auxilio de todos. La reticencia que hoy nos embarga a los integrantes de esta histórica Unidad Académica está plenamente justificada.
Después de tantos años solicitando recursos sin obtener respuesta, luego de esperar cuatro años por un derecho de palabra ante el Consejo Universitario que jamás llega, ya transcurridos más de cinco meses de haber tomado la dolorosa decisión de interrumpir nuestras actividades académicas, de investigación y de extensión sin que nuestro Decano o alguno de los Decanos de las otras Facultades involucradas se haya apersonado a verificar qué es lo que está ocurriendo en la Cátedra de Anatomía, ante tanta desidia universitaria, ante tanto desinterés oficial, no nos queda otro camino que prevenir a la colectividad, hacerle un llamado a los ciudadanos que pudieran ser perjudicados y advertirles que, de no obtener una respuesta positiva y oportuna, esa bomba biológica que se ha activado a la vera de la Avenida Don Tulio Febres Cordero puede terminar explotándoles en la cara con quién sabe qué consecuencias desagradables
Dr. Carlos Pérez Mujica
Médico Cirujano. Anatomista. Especialista en Imagenología y Diagnóstico por Imágenes. Profesor de Anatomía Humana Normal de la Universidad de Los Andes
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