Entradas populares

viernes, 22 de noviembre de 2024

Bajo plantas de tomate, hay libros de subversión

BAJO PLANTAS DE TOMATE, HAY LIBROS DE SUBVERSIÓN
Yo era un adolescente aún, probablemente en la adolescencia tardía cercana a los diecinueve años. En Argentina gobernaba de facto la Dictadura militar. Una madrugada Papá me despertó agitado. Mamá dormía. Me dijo; ¡tenemos que hacer un trabajo! (pensé que tendría que entregar algún pedido temprano y me iba a poner a revisar sus cuentas, o seleccionar mercadería), extrañado me tuve que parar en el frío del invierno. Luego me indicó que llevara la pala, que íbamos a hacer un hueco grande. Comencé a asustarme ¿qué había pasado? Creí que se habría muerto nuestra perra -que era bastante traviesa, y se escapaba de noche-, y teníamos que enterrarla para que Mamá no se entristeciera al despertar. Pero no, me dijo que trajera un balde plástico y una bolsa de celofán que íbamos a colocar algunas cosas. Comencé a hacer el hondo hueco, me indicó que debía ser más ancho que el tamaño del balde. Cuando estuvo listo veo que trae paquetes de libros y le pregunté; ¿qué son esos libros? ¿y porqué los tenemos que enterrar? Me dijo que después me diría, que no podíamos hacer demasiado ruido hablando a esas horas. Pude ver que algunos de esos libros eran de política, de un tal Marx, Bacunin, Engels. Yo aún no había ejercido derecho al voto, porque nadie votaba en Argentina durante la dictadura militar, los Partidos políticos estaban proscritos. Faltarían unos diez años hasta que volviera la Democracia (luego de la Guerra de Malvinas), y recién pudiéramos los de mi generación votar por primera vez. Pero volvamos al relato; luego de colocar los libros envueltos dentro del balde, volvimos a forrar el balde con una bolsa plástica y hundirla en el agujero que acababa de hacer, luego le echamos tierra encima y Papá tenía preparadas unas plantas de tomate que se sembraron en ese lugar y me hizo remover la tierra para sembrar otros retoños. La idea era ocultar o enmascarar con una siembra el ocultamiento de los libros.
Papá a veces se perdía su siesta “reglamentaria” (como todo cordobés que se precie), para salir misteriosamente hacia algún sitio, extrañamente caminando -sin utilizar la Rambler- ¿adónde iba? ¿acaso engañaba a mi Mamá?. Un día decidí seguirlo sigilosamente; iba casi una cuadra detrás, escondiéndome. Cuando lo veo que se detiene en la casa de mi Profesor de Guitarra y entró en esa casa. Evidentemente logré ver que entraba en la otra puerta, donde uno que era uno de sus Clientes, pero a esa hora el negocio estaba cerrado ¿Qué iría a hacer? Me quedé un buen rato, y luego lo veo salir con un paquete. Volvió a casa y se fue para el galpón (al que él llamaba el “arañero”, porque allí se ocultaban muchas alimañas e insectos, además de sus herramientas, mercancía, objetos en desuso, etc.). Se quedó por espacio de tiempo en el galpón, y entonces fui a ver qué hacía; estaba leyendo un diario de tamaño medio, con una portada color rojo y lo ocultó. Tiempo después, revisando, observé que era el Periódico “Granma”, y que se lo entregaba el Sr. Que había ido a visitar. Recordé entonces que al Sr. Que había ido a visitar se lo tenía en el barrio por un connotado “comunista”, creo que le llamaban el Doctor, porque era Veterinario. Desde entonces supe que mi Papá se reunía clandestinamente con Comunistas. Pero él no decía nada en casa, también deduje años después que era para no comprometernos. La Dictadura solía hacer razias o redadas en casas que eran denunciadas de ser habitadas por algún dirigente o partidario de izquierda. En ese momento se llevaban a todos sus ocupantes, revisaban todo material “subversivo” o sospechoso en un operativo en el cual bloqueaban toda la manzana con vehículos de seguridad y muchos efectivos, y luego venía una aplanadora y destruía la casa dejándola hecha polvo, para escarmiento de todos los vecinos.
Nunca pude saber más de Papá, solo sé que leía mucho, tenía una gran biblioteca. Era un gran jugador de ajedrez, Campeón Regional de su Provincia en unas jornadas. También fue luchador social, Dirigente local, Sub-Director del Concejo de la Comunidad, Vice-Presidente de la Sociedad de Fomento Alto Verde, organizador de eventos y Peñas, Reuniones, lo tenían catalogado como un “caudillo” de la zona. No sé cómo se salvó de la persecución de la dictadura, durante el gobierno peronista lo arrestaron por estar pegando papeles o afiches en contra del gobierno o a favor de alguna causa, y Mamá -que era peronista de “la primera hora”-, con contactos en el Partido y en la Policía, logró que lo liberaran. ¡Que extraña pareja! Papá de izquierda, y Mamá Peronista, pero se amaban mucho. Además ambas tendencias son en favor de los desposeídos, solo que por diferentes tendencias. Cuando en 1983 volvió la Democracia, Papá nos reunió un Partido Nacional, Popular y Revolucionario, fue la primera vez que Mamá no voto por el Justicialismo (Partido de Perón), los tres coincidimos y comenzamos a militar en el PI (Partido Intransigente),
dirigido por el Dr. Oscar Eduardo Alende -"el bisonte"-, que quedó tercero en las elecciones de ese año, sacando muchos escaños y logrando presencia nacional.
En la foto: al centro mi Padre Marcos Bazán, a la derecha, firmando el líder del Partido Intransigente; Dr. Oscar Eduardo Alende, foto tomada en la ciudad de Salta. Mi Padre también participó en la creación del Periódico "Actitudes" de la ciudad de Llavallol, creado por el Padre Raimundo, Director del Seminario Franciscano (a quien se tildó luego de "Cura tercermundista", y de repente "desapareció", y aparentemente murió tragicamente durante la dictadura)
Papá se reunía con intelectuales y muchas veces le pedían; “unas palabras” para iniciar o cerrar un acto y entonces daba un discurso que mantenía a todos en expectativa, en vilo, porque sabía llamar la atención y mantener la audiencia. Era un gran orador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario